jueves, 2 de septiembre de 2010

• Mitos Y Leyendas De La Zona •


En el norte del país nos encontramos con personajes y leyendas que básicamente se relacionan con la minería y el desierto. Entre ellos están en el yastay, un guanaco protector de las manadas que destaca por ser más grande que los demás. Se dice que este guanaco es el jefe de todos y que aparece en los momentos menos esperados.
Algunas veces el yastay muestra toda su furia a los cazadores apareciendo con una cabeza de demonio y lanzando fuego por la boca. Otras veces su rostro es angelical, y puede llegar a servir de guía cuando detecta la bondad en quienes se acercan pacíficamente a su manada.


TESORO DEL INCA.-

Los pobladores del Desierto de Atacama ubican el Tesoro del Inca en una laguna, que estaría en la cumbre del Cerro Quimal, al noroeste del Salar de Atacama.
La muerte del Inca Atahualpa acaeció en 1533. Y se sabe que la caravana que viajaba llevando los tributos en dirección al Cuzco, fue informada que el Inca había fallecido. Los caravanistas portaban catorce y media arrobas de oro, que era el tributo. Los indios, sin saber qué hacer con el tesoro, habrían depositado la valiosa carga en el fondo de la laguna del cerro Quimal.
Se cuenta que algunos habitantes de las cercanías han realizado búsquedas y han logrado extraer objetos que dan mala suerte a sus poseedores.

LA NIÑA DE MIS OJOS.-

Una princesa incaica que comenzó a enceguecer fue traída a una laguna enclavada entre los cordones cordilleranos que bajan por los Andes hasta la Pampa del Tamarugal, a tres mil metros, donde se sumergió en sus aguas por varias veces. Al poco, notó que recuperaba la vista y los descendientes del Inca llamaron al lugar Mamiña, que quiere decir, La niña de mis ojos.
Y Mamiña, durante años, vio llegar caravanas incaicas con el propósito exclusivo de encontrar alivio y remedio en sus aguas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario